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Editorial 1085

 


Por qué hacer bien las cosas

 

"Tú dependes de la calidad de lo que haces"

 

El pensamiento es un proceso mental que tiene por objeto analizar y comprender la realidad de las cosas. En principio, sólo vemos las formas externas de las cosas, ignoramos su naturaleza interna, su organización interna, sus características, su funcionamiento, su utilidad, etc. para ello, necesitamos adquirir un conocimiento más profundo de las cosas a través de la observación y del pensamiento. 
Se trata de un proceso lento. Hoy somos adultos y aprendemos con rapidez, debido a que nos apoyamos en conocimientos adquiridos, pero, observa lo lento y difícil que les resulta a los niños aprender el conocimiento y el uso de las cosas. Observa lo difícil que resulta aprender un idioma nuevo o manejar una máquina nueva o sofisticada.

Los seres humanos aprendemos por analogía; es decir, aprendemos lo que se relaciona con  lo que ya sabemos. A lo largo de los años aprendemos distintos códigos relacionados con el lenguaje, las matemáticas, el estudio, los comportamientos sociales, las conductas morales, habilidades en distintos trabajos y deportes, el manejo de distintas herramientas, etc. 
Ahora aplicamos estos códigos a las cosas que conocemos o que se relacionan con lo que conocemos y nos sirven para resolver las cosas con eficacia. De aquí la importancia de aprender, desde pequeños, numerosos códigos y que los códigos sean de calidad. Los códigos elementales proporcionan un conocimiento elemental, una capacidad de aprendizaje elemental, un vocabulario elemental y una capacidad de éxito reducida. De aquí la importancia de trabajar constantemente en el desarrollo cerebral. Con el estudio y la experiencia crecen los conocimientos en amplitud y profundidad y los códigos adquieren mayor potencial. También es fundamental que los conocimientos estén bien organizados y bien definidos para que el pensamiento fluya con rapidez.  La velocidad de los procesos mentales es fundamental.


“Tu dependes de la calidad de lo que haces” En realidad, cada persona aprende de sí misma. Al hacer bien las cosas, el cerebro queda condicionado para hacerlas mejor. No hay que caer en el perfeccionismo, pero solo el hacer bien las cosas es garantía de superación y de éxito.

 

Los seres humanos tienden a hacer las cosas de forma repetitiva, porque es lo más fácil  y cómodo, pero la vida es cambio y renovación. La ley es: “Renovarse o morir”


La actividad de la inteligencia es pensar. Todos los seres humanos llegan a este mundo con una inteligencia muy evolucionada desde el punto de vista genético. Esta evolución es universal, es el resultado de un largo proceso que ha durado millones de años, durante los  cuales los seres humanos han ejercitado el pensamiento y han descubierto nuevas formas de pensar y de hacer las cosas.


En la prehistoria la evolución era lenta, debido que la información era escasa y fluía de forma lenta, pero, en la actualidad, la información es abundante y fluye  con rapidez, gracias a las telecomunicaciones, a las redes sociales, al interés por el conocimiento y a la necesidad de capacitación. 
Esta realidad está acelerando el proceso evolutivo. Cada día los niños nacen más inteligentes y la humanidad ha progresado en pocos años, más que en siglos. 
Estos signos son una advertencia para que tomemos conciencia de que estamos viviendo  tiempos maravillosos, que favorecen la libertad mental de las personas y ponen a nuestra disposición muchas oportunidades de aprender, de crecer y de evolucionar; mas,  para aprovechas estas oportunidades es necesario desarrollar ciertas capacidades mentales y programarse con ideas, valores  y objetivos importantes.

 

El cerebro de todas las personas tiene una evolución genética similar. Todos tenemos una súper inteligencia que podría convertirnos en genios, pero estamos muy lejos de esta realidad, debido a que hemos sido programados con muchas carencias intelectuales, afectivas, sociales, morales y espirituales.


Somos pobres, sin embargo, somos dueños de una mina. Somos ignorantes a pesar de que tenemos una súper inteligencia. No somos felices y buscamos afuera el éxito, la libertad y la felicidad, cuando en realidad están dentro de nosotros. "El reino de los cielos, dentro de vosotros está”


El conocimiento, el éxito, la felicidad y  la libertad, están dentro de nosotros, nadie nos los puede dar, porque son una conquista personal.


Así como sea tu pensamiento serán tus ideas, tus palabras, tus decisiones y tus acciones, y, así te irá en la vida.


De aquí la importancia de desarrollar el hábito de pensar, de reflexionar, de meditar, de crear y de aplicar el pensamiento a contenidos verdaderamente valiosos para que no nos ocurra como a tantas personas, que luchan durante toda su vida por objetivos que creían importantes, y, al final, sólo les queda vacío y frustración.

 

"Tú dependes de la calidad de lo que haces" pero la calidad de lo que haces depende de la calidad de tus ideas, de la calidad de tus sentimientos, de la calidad de tu lenguaje y de la calidad de tus hábitos y de la calidad de tus valores; es decir, de la calidad de lo que eres.
La calidad es algo íntimo y profundo que sólo tú conoces y sientes como un valor y como una plenitud. Esa calidad la expresas en forma de vibraciones y los demás las perciben, y, de acuerdo a la calidad de tus vibraciones, las personas te valoran y te respetan, y, de acuerdo a la calidad de lo que eres te va en la vida.

 

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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